• Matrixxman es, qué duda hay a estas alturas, una de las figuras que mejor encarna el sonido oscuro y desgarrador del techno contemporáneo. Sin embargo, al hablar con él sin límite de tiempo y con máxima soltura uno halla un verdadero melómano, capaz de inspirarse en multitud de otros géneros, como el soul.

  • Lector de ciencia ficción y cinéfilo, Matrixxman reflexiona en esta entrevista acerca de su mudanza a Berlín, su proceso creativo y sobre cómo mantenerse a flote cuando uno alcanza un umbral de trabajo que debe ser gestionado con la cabeza fría y sin que el corazón y la inspiración dejen de latir.

  • Esta entrevista tuvo lugar gracias a uno de sus actuaciones recientes en Barcelona, en la icónica sala The Loft (Razzmatazz). 

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Vanity Dust: Llevas una agenda de actuaciones muy veloz e imagino que te queda poco tiempo para producir, ¿cómo lo llevas?

Matrixxman: Cuando estás de gira escribes poca música y te puedes centrar cuando paras. Para mí es un reto producir cuando estoy viajando. Me encanta pinchar pero también disfruto mucho produciendo. Y fue precisamente produciendo que realmente comencé a adentrarme en el mundo de la música. Tengo bastante material hecho para sacar… pero sí, es cierto, el equilibrio entre pinchar y producir es siempre tricky. Si te soy sincero, lo de pinchar fue incluso una sorpresa para mí.

El equilibrio entre pinchar y producir es siempre tricky

— Matrixxman

Chequeando tu perfil en el medio de referencia de música electrónica Resident Advisor, vi que viviste largo tiempo en San Francisco. Conozco la ciudad de mis vidas anteriores, pero mi recuerdo es noventero e infantil y poco o nada tiene que ver con el paraíso de las start-up en el que se ha convertido ahora. Y me refiero a ese nivel de vida alto, derrochador, caro, que ha ido escalando hasta límites insospechados. El amor a la tecnología por el amor a la tecnología, no al arte, que por suerte sí son muchos y muchas practican. Y te lanzo esta idea para compararlo con esa generación que hubo en los sesenta, la beat. Como esos kerouacs salvajes y creativos que se comían el mundo con apenas una hoja de papel, un buga tronado y un lápiz cualquiera.

He estado viviendo ahí desde mis años de College y he pasado en la ciudad una gran parte de mi vida. Viví la primera burbuja de las puntocom y el consecuente crash posterior, con muchas casas que quedaron vacías, como fantasmas. Esos fueron los tiempos más fascinantes, cuando se vio la palidez del mundo tech. Se dio entonces una energía muy punk y libre. Ahora ya no se puede decir eso, no reconozco a la ciudad cuando regreso. San Francisco ya no tiene esa energía, ya no es la misma ciudad que conocí. No quiero soltar mierdas sobre el mundo techie, porque se necesita la tecnología para progresar; pero lo cierto es que cuando una gran compañía se muda a una ciudad, cambia por completo la fisonomía de la misma; la cultura artística y étnica decaen, junto a su riqueza inherente más allá del dinero.

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¿Quizás ese extremo es el que hay que intentar evitar?

Todo el mundo tiene ese miedo metido, porque realmente lo hubo en aquel año antes del crash; la sensación de que cuando llega una crisis no “seremos capaces de controlarla”. En cambio, cuando ocurre un cambio así, se puede aplicar hacia el beneficio y a la mejora de otros ámbitos. No para aplicar un control excesivo, sino para solventar problemas (disparidades, injusticias y etcétera). El capitalismo no está funcionando debidamente, porque mientras una pequeña parte del mundo mejora, el resto sufre y se hunde en la miseria.

Confío en que llegue un tiempo mejor en el que mejore especialmente la vida de las personas, y no solo la tecnología por sí misma. Mientras tanto, creo que usar la tecnología para el bien es lo mejor que podemos hacer si hablamos de este tema. Hay un escenario que todo el mundo tiene en mente y teme, el que dice que si se crea una vida artificial en los ordenadores y se les otorga unas habilidades enormes, la Inteligencia Artificial se descontrole. Sin embargo, eso dependerá siempre de los humanos. Y, además, eso son solo suposiciones, por eso no me preocupa. Porque nosotros no somos una simple computadora; somos humanos, así que ahora mismo tú y yo estamos siendo correctos y comportándonos bien, y confío en que pase lo que pase nunca perderemos nuestro toque humano. Nada malo puede ocurrir si tienes a alguien con compasión en el driver seat.

Pienso ahora en la ciencia-ficción y en que también ha ejercido una fuerte influencia en ti. Supongo que mucha gente asocia tu nombre a la película Matrix.

Curiosamente, ¡no soy muy fan de Matrix! Mis grandes referencias literarias y que me han marcado mucho son Ian Banks o William Gibson. A nivel fílmico, estoy pensando en Blade Runner, tremenda.

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