Finalmente, la esperada quinta edición de Paral·lel Festival, tras dos años de parón pandémico, se celebró en la nueva localización de Port del Comte el primer fin de semana de septiembre de este 2022.

CRÓNICA DEL FESTIVAL + VÂN ANH @ PARAL·LEL FESTIVAL 2022 DJ SET

+ Fotos exclusivas de Sara Llobet.

Mientras que aquellos y aquellas que se guiaron por el tiempo acabaron malvendiendo o intentando malvender su entrada a lo loco (el pronóstico era horrible, apuntaba a algo así como diluvio universal, que no fue tal), los y las que se fiaron de su intuición Techno tuvieron enorme compensación (las expectativas estaban puestas, entre otros nombres, en DJ Nobu y sus 4h closing set).

DJ Nobu: “El techno genuino es una obra de arte en sí mismo”
DJ Nobu encabeza (y cerrará) Paral·lel Festival con un esperado set de cuatro horas el próximo domingo 4 de septiembre de 2022. Para la ocasión, Vanity Dust entrevista en exclusiva a uno de los pioneros del techno en el país del Sol Naciente.
Por cierto, si todavía no lo has hecho, aquí tienes mi entrevista exclusiva con DJ Nobu antes de esta edición de Paral·lel Festival.

En este intento de crónica, por definición subjetiva, que ya de por sí descarta el orden cronológico de los acontecimientos electrónicos, visitarás algunos de los highlights del festival y, juntos, si aguantas lo suficiente, trataremos de revivir tanto el cierre de DJ Nobu como el set de quien fue, según mi humilde parecer, la mejor sorpresa del festival:

El set entero de VÂN ANH en Paral·lel Festival 2022^1^

VÂN ANH 2022 · Exclusive Paral·lel Festival DJ SET.

UN POCO DE WARM UP PARA EL REVIEW

Paral·lel Festival nació en 2016 con unos cuatro ejes clave que vertebraban el concepto del festival: aforo limitado, naturaleza, un solo escenario y el Techno y el ambient como sonidos identitarios durante los 3 días de duración del encuentro.

En esta quinta edición, prácticamente todos los puntos han seguido intactos, si bien el aforo se preveía en un primer momento algo superior con el pretexto de tratar de compensar los dos años sin festival. A nivel musical, para los puristas, que han hecho propia la línea musical del festival, quizás hubo alguna licencia, es decir, quizás por vez primera algunos artistas de la programación traspasaron el espectro de sonidos habitual abriéndolo a más géneros y estilos.

"Despertar en tu tienda y escuchar perezosamente la magia que emana del equipo de sonido, cuando ya ha empezado el día y, con el avance de la mañana, paladear los primeros sonidos del running order de actuaciones. En realidad, es algo difícil de describir, y es un acierto por parte del festival, como una señal, sientes algo muy especial y es una maravillosa manera de comenzar el día". Cito casi textualmente un comentario que he escuchado en varias ocasiones en esta edición del festival (este, por decirlo de algún modo, es el más elaborado y lleva un literary retouch por mi parte, digamos que otros tiraban más por "tío, cuando te levantas por la mañana ahí en tu tienda con el ambient de traaanquis te quedas toloco, como flotando en la cama, ¿sabes? y ese flow es lo suyo". Aunque muchos de los asistentes repetían de otros años, no eran pocos los que, tras estar hartos de escuchar hablar de Paral·lel Festival y de lo épico que es todo en el festival, decidieron tomar partido en el asunto y vivirlo con sus propias carnes y oídos. De ahí que, siendo el ambient y sus derivados un sonido marginal en los festivales de música electrónica de baile, su presencia durante varias horas en Paral·lel Festival, hasta que llega la tarde y, con ella, el beat, llame mucho la atención y sea especialmente agradecido.

¿Acaso hay muchos festivales de música electrónica en los que arranques con varias hileras de público sentadas en el suelo, incluso tumbadas en el césped cercano, sencillamente escuchando un viaje que ahonda en la experiencia estética sin necesidad de llamar al movimiento físico?

En el 95% de festivales urbanos de electrónica, llegues a la hora que llegues, el beat (o, mejor dicho, la zambomba) está esperándote sin darte opción a que te sitúes salvo en el centro de la pista y para darlo todo. Si bien ello no tiene nada de malo en sí, cierto es que una propuesta como la de Paral·lel Festival rompe absolutamente con esta idea del arribar i moldre, del ir por faena. De hecho, una de las claves del festival es, en cierto modo, la pérdida de la noción del tiempo ordinario.

TIME PERCEPTION modified!

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De golpe, ya no son las siete de la tarde del viernes 2 de septiembre de 2022, sino que es la hora en la que está pinchando F-on. Y luego ya no serán las once de la noche, sino que son las Kangding Ray en punto.

Hablando de Kangding Ray, polifacético y prolífico artista, (cuya bio tienes en la web de Paral·lel Festival), si te lo encuentras un día así por las buenas y te pregunta, ¿a qué me dedicaba antes de a la música? ¿Dirías "arquitecto"? No queda claro si es el arquitecto de Matrix o uno más convencional (es decir, de los de dentro de Matrix), lo que sí quedó claro es que Kangding Ray hizo un buen delivery. Es decir, no decepcionó y entregó un sólido set ante un público receptivo que se iba apretando y concentrando enfrente del escenario y en línea con los altavoces para apaciguar el frío que despertó al caer la noche.

Además, parte del público había ido llegando y montando tiendas a última hora de la tarde (es decir, para entendernos en modo Paral·lel, entre SA PA y Pájaro Dune live, antes de las Kangding Ray en punto y habiendo llegado tarde a las F-on y media). Por ello, podríamos decir que fue en ese slot, el de Kangding Ray, cuando comenzó a desatarse cierta euforia, el baile más suelto, y con todo ello bastantes buenas vibes, al fin el crowd aka la peña tomaba consciencia de que estábamos celebrando el festival (y no un streaming, dejà vú pandémico, seguro que solo con mencionarlo os he cortado el rollo cosa mala) y había muchas ganas de tirar millas durante lo que quedaba de noche y los dos días del fin de semana. Fue también en Kangding Ray cuando caí en la cuenta, ya de por sí evidente en los últimos dos años de Paral·lel Festival, de la cantidad notable de artistas y gente relacionada profesionalmente con la escena que estaba asistiendo como público al festival. Un buen ejemplo de ello, que además contribuyó a esparcir las buenas vibes de manera limitada por ese sector del público, es de golpe escuchar a alguien decir eufóricamente: "¡Está pinchando mi tema!". La voz resulta ser nada más y nada menos que de Viels, de quien tuve el placer y la suerte de compartir el track Movement que lanzó el artista italiano en el sello Utopia Society hace un largo año. En este sentido, ¿para qué quieres un Shazam en Paral·lel Festival teniendo el aviso instantáneo del productor del track al lado? Coñas a parte, fue un excelente aunque confuso momento para conocerle personalmente y saludarnos brevemente, entre la celebración compartida y los altavoces levantando el suelo y expandiendo el sonido hasta más allá de lo que podías ver a simple vista.

¿Qué podías ver a simple vista? Literalmente, a partir de la caída del sol y entrados ya en las Kangding Ray pasadas, nada, la iluminación el viernes era tan tenue, limitada, que para ir a la barra casi necesitabas la linterna del móvil y para ir a la zona de food tracks casi era lo suyo llevar una frontal y una brújula bien calibrada.

El cierre, en manos de Shackleton, tendió hacia lo melódico y onírico, dejando obviamente al público con ganas de más, pero también recordándole indirectamente que quedaban dos días por delante y que, aunque cada uno lo gestiona como buenamente puede y sabe, la idea del festival no es precisamente el 3 days non-stop, sino que la música acaba a cierta hora para ir aterrizando y, ojo, que uno se atreva a dormir unas horas. Todo ello tiene premio, y sí, has adivinado cual es: levantarte al día siguiente perezosamente con un primer set suave que mece tus oídos (aunque quizás eres de los que se levantaba un poco antes para ir a pillar un coffee en la barra o tratar de ahorrarte cola heavy en las duchas).

A diferencia de la noche, en la que digamos el único guía real era el escenario en sí y el sonido (que no es mala idea, aunque para regresar a las tiendas necesites directamente haber dejado un airtag en tu tienda), la luz del día y el enclave de esta edición fue, sinceramente y por opinión unánime, espectacular. Las vistas panorámicas desafiaban a cualquier móvil con sus millones de píxeles de resolución y sus filtros para enfatizar el verde que nos rodeaba, los tonos más oscuros de los picos de las montañas lejanas y, para más inri, el cartel hollywoodiense con las letras de Paral·lel, sin duda uno de los hypes fotográficos que seguro que te saturaron el feed de Instagram durante los días del evento (y posteriores).

Que los cierres toman una especial relevancia en cualquier evento, ya sea de club y, más en especial, en los festivales, es algo obvio, pero quien logró encauzar una energía y entusiasmo especial en Paral·lel Festival, marcando un camino hacia lo que se podía llegar a sentir y compartir en un cierre fue, como dije en un sentido post en Instagram, Donato Dozzy en 2019. Ese cierre hizo trascender la energía del festival y las emociones compartidas a otro nivel.

En este sentido, como he avanzado que esta crónica ni será completa ni cronológica, salto a hablar un momento del cierre del sábado, en manos de Jane Fitz, sin duda uno de los sets más esperados y en el que la artista mantuvo una firmeza absoluta a pesar de tener problemas de sonido en cabina que le impidieron poder trabajar con la fluidez habitual con la que mezcla de vinilos. "Me encanta mezclar", me comentaría el domingo cuando me acerqué a saludarla al verla en el prado escuchando a lo lejos el inicio de Konduku, si no recuerdo mal, "pero no pude hacer bien las mezclas con los vinilos y eso hizo que mi set fuese totalmente diferente al que había planeado", y zanjó, agradecida: "por suerte, el público se mantuvo muy cálido y cercano y me sentí cómoda en todo momento".

Puedo corroborar las palabras de Jane Fitz con un documento real (personal, privado), que decido compartir porque al tratar el magnetismo de su set el material se convierte en un asunto público y relevante para lectura pública.

Mi chat en Telegram con un colega, que reconoció sentirse atrapado sin remedio en el set de Jane Fitz, comunicándome que no podía llegar al lugar en el que habíamos planeado hacer un (breve) descanso. 

Os sitúo brevemente: para hacer un pequeño break y tomar fuerzas tras el "inesperado" y apabullante set de Vân Anh, del que hablaremos en breve, le dije a un colega de retirarnos un rato para respirar; quedamos un poco al arrancar Jane Fitz para tomar fuerzas, pero él nunca apareció. Llevaba en el altavoz derecho desde las Refracted —horario Paral·lel— (es decir, las 14:30h en horario No Paral·lel) y, pese a la comunicación, digamos, poco fluida entre ambos (como queda patente en la captura que podéis ver), quedó claro que no tenía claro el por qué se quedó completamente atrapado por el set de Jane Fitz, pero que no tenía otra opción, sencillamente algo emanaba de los altavoces que no le permitía irse, y no pudo aparecer y se pasó hasta el cierre de Jane Fitz clavado casi en la primera fila, sin poder elegir irse. A día de hoy, tras habérselo preguntado en repetidas ocasiones, sigue siendo difícil para él definir qué le mantuvo ahí. ¿Serían sus tracks imposibles y únicos? ¿Las vibraciones de los clásicos inescrutables que pinchó? ¿Ese subir y bajar la intensidad sin llegar al clímax ni dejar, por ello, de perder la tensión ni el hilo del fascinante viaje? Who knows, quizás fue un poco todo a la vez, pero estamos, como veis, entrando en terrenos casi místicos, en los que la intensidad y la energía de las sesiones cautiva la voluntad del público, que sencillamente no puede irse, permanecer conectado al sonido de ese momento está más allá de su elección, es casi un deber imperioso.

Me ocurrió con Yuka en 2017, y cuatro ediciones después tuve una sensación parecida al escuchar y bailar con el set de Vân Anh. Pese a no estar en la programación inicial, puesto que Vân Anh fue la artista encargada de sustituir la mencionada ausencia de Peter Van Hoesen, que estaba prevista con su live entre el también live de .Vril y el set de cierre de Jane Fitz. Tras el buen trabajo de Kangding Ray el viernes, nos encontrábamos de nuevo en un momento clave del desarrollo del festival, con las expectativas puestas en el Techno y la intensidad de la noche bajo las estrellas (ni rastro de lluvia, repito, solo llovió el sábado de madrugada, antes de que algún ser inquieto hubiese tan siquiera intentado salir de la tienda y mucho antes de las primeras actuaciones del sábado día)  tras una tarde en la que Gigi FM dio el campanazo de varietés y sabrosura electrónica (para bien en el caso de algunas y algunos, para mal en el caso de otro sector más firme en lo que esperaban de la línea musical de Paral·lel Festival respecto a otras ediciones).

Gigi FM en Paral·lel Festival 2022. Pic by @sara_llobet

No sé, aunque seas profesional del sector y DJ profesional, que te confirmen que pincharás en un festival a menos de 24 horas de que suceda el evento, ante un público que, por lo general, desconoces, en un país que no es el tuyo y en un festival del que tienes referencias pero que tampoco conoces, digamos, al dedillo, tiene que suponer una enorme responsabilidad. Esto, imagino, va a la par que un subidón de adrenalina solo comparable a los nervios que se acumulan tanto en tu USB, que preparas como buenamente puedes en el tiempo que te queda, como en cada rincón de tu sistema nervioso [sic].

VÂN ANH, artista inesperada en Paral·lel Festival, sorpresón que sustituyó a Peter Van Hoesen (Covid still annoying somehow!)

Sin embargo, visto lo visto y escuchado y bailado lo que ya puedes estar disfrutando tú también en estos momentos a través del set de VÂN ANH que tenías al comienzo de este texto, nos quedaríamos cortos si decimos que VÂN ANH "estuvo a la altura". Más bien diría que su set brilló en la oscuridad de la noche del sábado en Paral·lel Festival con luz propia y beat firme, conectando en night mode y anticipando, también, la historia que DJ Nobu desarrollaría el día después, por la tarde, en lo que me atrevería a llamar el cierre de cierres. Recuerdo, en particular, y hay constancia seudo-efímera de ello en una Story que compartí en ese momento, creo que la única del festival —sabéis que soy bastante poco dado a compartir stories con vídeos fiesteros grabados de cualquier manera y a cualquier hora—, con el track de Time to Time de Exos lanzado este 2022 y que reconocí porque a mí también me flipó cuando salió. Tras haberlo intentado pinchar en algunas ocasiones, sin acabar de hacerlo, escucharlo salir de los decks de VÂN ANH con tanta soltura y fluidez solo hizo que acrecentar mi fervor y pasar a ser el track advisor aka Shazam Bro del momento: ¡Hey! Está pinchando un tema de Exos! ¡Es un DJ islandés legendario y el tema se llama Time to Time! Pero de golpe recordé que durante casi todo el festival estuve itinerando con frecuencia, sin acabar de quedarme con un grupo de gente fija, por lo que en aquel momento estaba solo. Tras mi Shazam mental espontáneo —del que no suelo presumir porque apenas recuerdo bien los nombres de los tracks o a quien pertenecen, aunque me resulten familiares, aunque me duela reconocerlo— y mi cero feedback alrededor, decidí hacer cómplice a Exos y a VÂN ANH y mencioné a ambos artistas junto a la cuenta de Paral·lel en la Story que os comentaba. En el set, podrás comenzar a detectar alrededor de la hora y cuarto (exactamente 01:12:12) el despegue del tema, llegando hasta una fusión perfecta con el siguiente (sobre 01:16:16), lo que nos lleva a los últimos minutos del set de VÂN ANH, de una hora y media (y un poco más) de duración.

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VÂN ANH @ Paral·lel Festival 2022 (Track ID: Time to Time by Exos.

Mental pero con cierta rudeza, crudo pero sin caer en un set que se mastica frío, cósmico pero sin perderse en el espacio, el set de VÂN ANH, y más por la sorpresa que conllevó su programación, es una de las experiencias musicalmente épicas de las noches de este Paral·lel Festival 2022 y, desde mi humilde perspectiva, tras haber estado en todas las ediciones del festival, un reflejo de lo mucho que se puede descubrir en el festival en sí. Como Yuka en 2017, cuyo set de 3 horas en vinilo sigue siendo una de las joyas más preciadas que he tenido la suerte y el honor de poder compartir, VÂN ANH se convertía minuto a minuto en una artista cuyo nombre y estilo y actitud y criterio en cabina pasaban a quedar grabados in my mind, in my soul. Como muestra, un beat on: fijaos en la luz, la energía y el aroma a classic de los tracks que firman el cierre del set de VÂN ANH: esta fue la fórmula y no es ningún secreto, pero su complejidad resulta abrumadora. Contar con este tipo de material musical junto a la más rabiosa oscuridad del momento y saber combinarlo: el amplio registro de esta panorámica de sonidos está al alcance de unos pocos, y quizás una de las escasas copias de la llave que abre su camino secreto está en manos de DJ Nobu.

DJ Nobu se dejó ver discretamente, sonriendo, ojos despiertos, observadores y lúcidos, con una chaqueta larga oscura que le protegía del frío y le daba una presencia noble acorde a su melena, también oscura, esa misma noche de sábado ( a nivel de ropajes, iba mucho mejor equipado que yo, que me jacto de haber estado en todas las ediciones y nunca aprendo que por la noche estamos en la montaña y sí, hace frío de verdad por mucho que bailes). Me crucé con DJ Nobu en varias ocasiones durante la noche, en diversos lugares, tanto lejos del escenario como cerca de la zona iluminada de la barra, como si fuese un ser ubicuo, con capacidad para desaparecer y aparecer con discreción, casi simultáneamente, y sin que te dieses cuenta de sus movimientos. Luego pensé que, además de reconocer el espacio, estaba muy posiblemente estudiando cómo sonaba el soundsystem, L-Acoustics este año, valorando la potencia, alcance y definición desde diversas perspectivas, porque su set, al que finalmente llegamos, estaría destinado a captar, invitar y seducir electrónicamente a cualquiera que hubiese ido al festival y mantuviese su presencia hasta el cierre, el domingo de 16h a 20h, aka las DJ Nobu clavadas (en horario Paral·lel Festival).

El mismo DJ Nobu compartía una story en Instagram de Konduku, el artista que precedió su set y que fue uno de los artistas que mejor supo leer y conectar con el set posterior, es decir, le dejó la pista de baile el terreno de juego justo en ese punto de equilibrio en el que DJ Nobu podía elegir trayectoria, ni demasiado arriba, ni demasiado fuerte, ni demasiado bombeado, ni demasiado bajo.

Por eso, precisamente por eso, por la precisión con la que, a lo largo de las más de cuatro horas de set, unánimemente sentimos que DJ Nobu marcaba definitivamente el gol de la victoria y, encima, por la escuadra, superando cualquier reticencia de género, estilo o momento adecuado para cada track que alguien pudiese llegar a poner en cuestión en determinado punto.

Tanto es así que, incluso cuando se atrevió a pinchar Crispy Bacon, uno de los temas que posiblemente más hayas escuchado en cierta etapa de tu vida techno clubber, el icónico track de Laurent Garnier, y que si suena en un club a cualquier hora y de manera arbitraria suele ponerme de mal humor (es como cuando alguien intenta contarte un chiste creyendo que no lo sabes y se lo dices bajito, pero no se da cuenta de que le has dicho que ya lo sabes y te lo cuenta y tú sonríes incómodo y tratas de, literalmente, cambiar de tema, porque encima el chiste lo ha contado mal), me pareció que volvía a sonar por primera vez. De hecho, en palabras de un muy buen amigo, una de las personas con un criterio electrónico que más admiro, "¡se lo ha ganado, Crispy Bacon se lo ha ganado", me soltó emocionado dándome un abrazo cuando nos encontramos tras el final del festival.

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A la mañana siguiente, ya lunes, me acerqué al hotel para desayunar, todavía abducido por todo lo sucedido en los últimos tres días, de golpe veía el terreno de juego, sin juego, con la hierba levantada del pisoteo clubber, y mientras esperaba a un cercano amigo a que me pasase a buscar con su buga para regresar a Barcelona y acabar de comentar, durante el trayecto, las aventuras y desventuras del festival, me quedé escuchando sin querer la conversación de la mesa de al lado.

Le contaban a una noia^1.5^ lo sucedido en el festival, refiriéndome con ello al tipo de música, a que había venido gente de todas partes del mundo en petit comité, etcétera. La noia, sacó su propia conclusión de lo que son algunos artistas para aquellos que nos desplazamos donde haga falta para disfrutar de un entorno afín y un tipo de música que, en mayor o menor medida, ha transformado nuestra existencia a nivel emocional, afectivo y relacional.

—Llavors, aquests DJs que vénen al festival, pel públic deuen ser com si fóssin Deus, no?^2^

La escucho mientras tomo un sorbo de Nestea y realizo una calada absolutamente descomunal con el vaper, y suelto el vapor a medias entre la nariz y la boca, recolocándome las gafas de sol y mirando justo donde todavía no han desmontado el escenario principal, lugar en el que, en vez de haber diluviado, llovió durante solo 5 minutos, mientras sonaba Crispy Rain, perdón, Crispy Bacon.

Para mis adentros, le respondo a la noia: Dioses, exactamente no, digamos que son chamanes, eso. Sí, chamanes.


  1. VÂN ANH fue la artista que sustituyó a Peter Van Hoesen, cuyo live fue cancelado debido a que el artista, según explicó en redes sociales, dio positivo en Covid ese mismo fin de semana.

1.5 En castellano: "Una chica".

2. En castellano: "Entonces, estos DJs que vienen al festival, para el público deben ser como dioses, ¿no?"


*Special Thanks: VÂN ANH, Jane Fitz, Paral·lel Festival Crew, Sara Llobet, mi colega 'atrapado en lo desconocido', mi compi de habitación Román (que nunca perdió la llave), Viels, Binary Thoughts, Dj Nobu, y especialmente a ti, que quizás incluso está leyendo este mismo agradecimiento y nos cruzamos durante el festival, puede que hasta compartiésemos parte de viaje, baile, who knows?

Crónica dedicada a mi amiga Lisa Mizuno, con quien pude desentreñar el poder chamánico de DJ Nobu y a quien eché de menos, en especial esas cuatro últimas horas de festival.

Y, cómo no, a Luis, a quien conocí el día en que Luigi Tozzi hizo su primer live en Hospitalet de Llobregat (antes de la pandemia) y que, gracias a su beat, puedo seguir abrazando en el Paral·lel.


Post Data: ¿os acordáis del cartel de SÚPER que llevaba una chica animosamente every day, en 2019 y que me encanto tanto que mencioné su SÚPERfervor festivalero en la crónica de ese año? La pandemia no solo no la hizo olvidarse del techno, sino que, encima, nos trajo un cartel SÚPERreloaded. Esa es la actitud, chamanes, digo, chavales.


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VÂN ANH: Instagram · Soundcloud
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Paral·lel Festival: Web · Soundcloud · Instagram

Artistas y sellos discográficos mencionados en esta crónica de Paral·lel Festival 2022

· Artistas: DJ Nobu · VÂN ANH · Jane Fitz · Gigi FM · Exos · Refracted · Laurent Garnier · Donato Dozzy · Konduku · Viels

I never charge artists for featuring here, Festivals don't pay me to attend them and exclusive track premières are just selected because I like the track. And this is what makes real sense, so if you want to contribute to keep this I just invite you to join what it is (probably) the unique Member's Digital Label, Dust Trax. 12€ a month or just 4€ a year. And, quite often, one new track is released, so this keeps growing thanks to clubbers like you.